miércoles, 22 de mayo de 2013

Esta es mi carta de lector a elPeriódico, a propósito de lo escrito por Armando de la torre en su texto “El triunfo de Ríos Montt”


Es como si bañase al general Ríos Montt, de la punta de los pies a la cabeza, con qué cariño, y luego se  bebiese el agua. Entera.
Tan impúdico acto se me ocurre más un placer solitario que un texto serio para debatir; pero, dado que intenta, de paso, dictar órdenes a los columnistas de opinión (con eso de “Desde ahora ningún hombre o mujer de gobierno, ni columnista de opinión” y que quienes “tienen dos dedos de frente…” etc.) me veo en la necesidad de explicarle que, a diferencia de usted, creo en los principios democráticos y en la libertad respetuosa. Los carceleros verbales están bien para un Guantánamo mediático.  Según leo, para usted es tonto quien se rehúse a bañar con los mismos jabones a su amigo, beber de las mismas aguas y concelebrar su visión del juicio. Lo siento.  Miles, acaso millones de personas, pensamos de manera distinta. Es natural. Guatemala no cabe dentro de un centímetro de frente.

Por lo demás, con humildad, le recomiendo que revise su redacción. A mí también se me han ido errores, por tal razón, no lo critico, solo le recuerdo que tanto en la palabra escrita como en nuestra filiación política, sea cual sea, somos humanos, para nada superiores a nadie y no tenemos la última palabra, nunca. A veces, resulta útil recibir un breve cursillo.
Y lo insto a que recurra al diccionario para conocer cuál es la diferencia entre “electo” y “elegido”, pues, según leo, da usted un carácter divino a tan limpio sujeto.

Perdonará mi pesadez, pero no leería su respuesta.  Saludos