viernes, 19 de diciembre de 2014

Guate greguerías/ 2013


A la memoria de Ramón Gómez de la Serna (3 de julio de 1881– 12 de enero de 1963).


Juan Carlos Lemus

Comparto estas greguerías. Las escribí como un tributo a Ramón Gómez de la Serna, fallecido hoy hace 50 años [esta columna fue publicada el 12 de enero de 2013].


·         La tortilla nace a cachetadas.   
·         La caja de lustre es un instrumento musical que se le escapó a Joaquín Orellana.   
·         Las abarroterías tienen más barrotes que abarrotes.  
·         Los celulares guardan la memoria de la saliva y del aliento.   
·     Los diputados son asaltantes callejeros que no salieron del clóset.  
·         Las camionetas son tarros de cerveza que chocan los borrachos.  
·         La marimba tiene palos amaestrados que cantan a cada golpe, como los perritos de circo.  
·         La chirimía se tragó a un nahual que platica como si estuviera llorando.  
·        El tun es un tambor marginal.  
·         El incienso es el humo tóxico que se hace pasar por perfume devoto.  
·         La pelota de futbol es un dálmata redondo y masoquista.   
·         Los maniquíes a la entrada de los almacenes son la más dura carnada.  
·         El capirucho es una minúscula campana cogida como mascota.  
·         El trompo es un gordo al que le hacen bullyng: lo desnudan y lo hacen bailar.  
·         Todo perro es un lagarto disfrazado de mula.  
·         Las votaciones electorales en Guatemala son juegos de póngale la cola al burro.  
·         El marimbista es un golpeador alegre.  
·         El lago de Atitlán es una taza de café espumoso.   
·         Todo banano se desnuda para morir a mordiscos.  
·         Una guatemalteca cruel es una guatemaleca.  
·         Rómulo y Remo son viejos lobos que se hacen los niños para seguir mamando gratis.  
·         El síndrome de permanecer más de un periodo en la Municipalidad es el síndrome de Rómulo y Remo.  
·         La Casa Presidencial es la parroquia del Anticristo.  
·         Los policías son ángeles de la guarda macabra.  
·         El revolcado es un platillo de cerdo linchado.  
·         Pavo: chompipe que vivió en los USA.  
·         El lago de Amatitlán es un caldo de macuy  
·         Hay más secretos en los correos electrónicos que en  los confesionarios.   
·         Los tatuajes en el abdomen anuncian cómo se cotiza la carne.  
·         Para las palomas, la Plaza de la Constitución es un plato de maicillo con su pichel de agua al centro.
·         La @ es una a contorsionista.  
·         La arroba era una ordinaria medida de peso que vivía en los mercados y se convirtió en estrella mundial.
·         El fiambre es el twitter culinario.  
·         Un tamal gordo es un peleador de jaula que le ganó la noche a los huevos.  
·         El fax es un abuelo de la CC que se resiste a jubilarse.  
·         El decapitado positivo dice: “no me cortaron la cabeza sino el cuerpo”.  
·         Pavón y Pavoncito son pavos que nadie querría ver pero ni en kak ik.  
·         La remolacha es un tomate rojo de la cólera.  
·        Hoy día, un celular sin cámara fotográfica es como un carro de bomberos con campanita.  
·         Al tamal le quitan su pañal embarrado y se lo limpian cuidadosamente con el tenedor.
·         Tres quetzales en un solo árbol serían una gran fortuna.  
·         Los aretes en la nariz son babosas de metal.  
·         El Ferrocarril de los Altos quebró porque los pasajeros eran muy bajitos.   
·         El Portal de Comercio es la primera tienda que usó barrotes contra ladrones obesos…  

@juanlemus9

viernes, 10 de octubre de 2014

¡Justicidio NO!

Por el respeto a la  independencia de los funcionarios judiciales: ¡Justicidio NO!


Juan Carlos Lemus


Apoyo las acciones legales  emprendidas por la magistrada Claudia Escobar. 
Debido a que la suspensión provisional otorgada por la Corte de Constitucionalidad es insuficiente, pidamos que ordene retrotraer el proceso hasta la integración de las Postuladoras. 
Y porque se haga justicia sobre las pruebas que presentó  ante la CICIG: ¡Justicidio NO!

¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO!

¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO!  ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO!

¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO!  ¡Justicidio NO!

¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! 

¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO!

¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO!  

¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO!   ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO!  ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! ¡Justicidio NO! Justicidio, no:


¡Justicidio NO!