(Dedicado a quienes cargan procesiones en Semana Santa y el resto del tiempo conviven con Doña Lujuria y Don Pecunia)
Primero, pecó, posteriormente pidió perdón, pero pronto pensó: “Puedo prestar pisto para pasármela parrandeando por playas públicas. Podría pedir películas pornográficas para procurarme placeres prohibidos”.
Pensó puras porquerías. Pidió perdón, perfecto, pero principalmente pidió perdón para poder pecar, pues proseguirá pajeándose.
Peores pecados pagará por pelársela promiscuamente; por paladear placeres prodigiosos. (¿Prodigiosos????… Parecerán princesas perfumadas, pero… poseen partes poco preciosas).
¿Por qué parecer piadoso? ¿Por qué palidecer portando pesadas procesiones? ¿Por qué purgar para prácticamente perpetuarse pecando por puercos portales?
Probablemente, profirió palabras procaces, protestas públicas… (Por cierto, ¿pidió perdón por pincharse? ¿Por pegar papilomas?)
Prefiero proseguir prudentemente, pues podríamos pelearnos. Prometo protestar pacíficamente porque publicar páginas pesimistas podría provocarme problemas.
Permítame plantearle por qué principié prorrumpiendo pareceres personales proferidos para personas piadosas, pero patéticas. Porque, por peligrosos, por patanes parecen políticos pajeros: primero prometen, pero pronto procuran proveerse privilegios personales. Piden, promulgan, prometen paz, prosperidad, pero postergan prioridades para pueblos pobres. Pongo por parangón: Presidentes protegidos por Panamá poseen poder, propiedades, polideportivos; poseen pisto, pues.
Por principios patrióticos podrían ponerlos presos, pero prefieren protegerlos.
Panamá protege políticos perversos (panameños: protesto por presidentes pendejos, por políticos parásitos, pero, panameñas preciosas, podría pretenderlas preparándoles poemas profundos). (Perdón por publicar paréntesis pasionales).
Pensemos por qué padecemos privaciones: Primero, preparémonos para pisar pleitos pasados:
Presidente Pollo Portillo parecía Papa, pedía participación popular pero parecía pajarraco parlanchín, patán; propició premios para patrulleros. Pisado.
Políticos: Pronto perderán poder. Pedimos porque pasen penas paseándose por presidios; porque palidezcan pudriéndose perpetuamente por Pavón. Podemos presagiarles peores padecimientos.
¡Propongo perseguirlos por países proteccionistas, ponerlos presos pues poseen planes para prolongarse poderosamente!
Prosigamos.
Propongo –para próximas procesiones- poner policías protegiendo postes públicos, pues pasan personas puercas pringando pipí, pringando popó… Pedorros procesionales… Perdonen, prefiero pedir policías, pues pisar pudriciones provoca pesadillas.
Feliz Semana Santa, otro día les comento con la “Ñ” de ñandú.